AstroNewsLetter #1


Tránsitos del mes, la luna negra y algunas apreciaciones sobre la pregunta ¿Quién soy?

AstroNewsLetter #1 | tránsitos del mes, la luna negra y algunas apreciaciones sobre la pregunta ¿Quién soy?

Redacción y diseño gráfico: sebastián bruzzese
Correcciones: melisa wortman
Participación especial: romina magliocco

¿Quién soy?

Bueno, ya, en serio: ¿Cómo es eso de escuchar la propia voz interior? ¿Cómo hago para ser quien soy?

Evidentemente, es una pregunta inagotable, pero sobre la que se pueden decir algunas cosas.

La primera es distinguir entre la identidad y la subjetividad (propongo estas dos palabras, pero podrían ser otras… la cosa es hacer una distinción entre dos términos).

La identidad sería eso que creo que soy: una especie de máscara finita y entendible que me da una sensación de seguridad y comodidad. Sería, de algún modo, aquello que me permite construir cierta seguridad emocional frente a un mundo que, de otra manera, me resultaría desbordante.
(Astrológicamente, con esta identidad vamos a pensar en la Luna… aunque se puede armar también en otros lugares…)

La subjetividad, en cambio, sería algo que está en permanente cambio, que tiene un dinamismo y una flexibilidad. Vamos a ir desplegando nuestra subjetividad. De algún modo, una subjetividad es un proceso permanente de devenir (estar todo el tiempo convirtiéndonos en algo) y producir (acá entra en juego el deseo).
Astrológicamente, la subjetividad se asociaría al Sol.

Entonces, el primer movimiento es registrar cómo construí esa identidad. Qué elementos la componen, con qué mecanismos emocionales me defiendo y frente a qué peligros me protege (esto es fundamental). Dentro de lo que se me aparece como peligro, va a haber elementos de mi propia historia y de la historia de mi familia.
Lo extraño y paradójico es que mi identidad produce una burbuja que me protege del peligro, pero deja también afuera una buena parte de lo que soy. Así es que parte de lo que se asocia con el peligro… soy yo. Una de las cosas que me pasan conmigo mismx es que me doy miedo. Me atemoriza ser quien soy.
Ser quien soy es darle un lugar al misterio (y por eso me asusta).

Entonces:
¿Cómo hago para escucharme?
Cuando esté sosteniendo mi identidad, lo habitual es que sienta temor.
Sostener la propia identidad nos hace volver una y otra vez a reproducir un encuentro con la carencia, con lo que nos falta. Una y otra y otra vez, nos vuelve a faltar lo mismo. Así que en la identidad sufro, sufro un dolor sin fin, un malestar absoluto por no tener algo absoluto. Abandonar esa identidad es perder: perderme y perder la posibilidad de tener lo que no tuve.

Cuando me acerco a la propia subjetividad, lo más probable es que vaya a encontrarme con la vida, con lo viviente, con el mundo y con le otre. Estos encuentros producen placer. Claro que, a veces, estos encuentros placenteros pueden ser excesivos y doler, pueden implicar procesos de pérdida y traer dolor. Pero es un dolor que no se repite, que no se sufre: que se siente y pasa. Porque tanto el placer como el dolor serían sensaciones parciales, no absolutas. Cuando habito la subjetividad, me encuentro con algo, no todo.

Otra cosa que suelo encontrar al ser quien soy es felicidad. La alegría de estar haciendo lo que se corresponde conmigo. Porque claro, el ser implica desear, y el deseo es siempre un verbo: ser es hacer.
En ese hacer parcialmente placentero y feliz, me despliego, devengo, me desarrollo, me encuentro con les otres, permanezco ligadx al misterio de la vida y del mundo.

Así que, en definitiva, podría decir algo:
Ser requiere mucho (pero mucho mucho) coraje
así que no es algo que podamos andar exigiéndonos,
no es posible tener que ser, es algo que hay que desear muy profundamente,
y en algún momento, tomar la insondable decisión de ser.

Tránsitos del mes


En los primeros días de abril tendremos un semisextil de Júpiter en Piscis con Saturno en Acuario y un sextil con el nodo norte en Tauro, al mismo tiempo que Saturno y el nodo norte están en cuadratura.
Este tránsito invita a renovar la forma en la que concebimos la materialidad. ¿Qué es la riqueza, el trabajo, la fertilidad para nosotres? Algún descubrimiento, darnos cuenta de algo, nos permite ampliar los límites de lo que somos capaces de concebir.
Estos movimientos buscan que actualicemos el contacto con la vida, con el mundo concreto con el que estamos tocando en este momento.

A mediados de abril, Neptuno y Júpiter estarán en conjunción y producirán una exacerbación de la fantasía y la confusión. Prestemos atención a las fuentes de las noticias que miramos, porque será muy difícil discernir la realidad de la mentira. Esta exacerbación de la fe y las creencias puede traer más beligerancia, hacer más evidente el conflicto, traer más agresividad.
Un optimismo ciego puede ayudarnos mucho a crecer y expandirnos, pero también puede ser pernicioso. La confianza amplía el horizonte de lo imaginable, y nos permite creer en nosotres mismes, pero también puede nublarnos el discernimiento de qué es real y qué nos imaginamos. Tengamos presente que la fantasía, muchas veces, es más dolorosa que la realidad.

También para esta época entra la luna negra en Cáncer. Este tránsito (que dura nueve meses) nos invita a revisar qué escondemos para pertenecer, qué silencios nos permiten ser parte, qué no decimos o hacemos para evitar mostrar los errores de nuestra madre, de nuestra familia. También nos evidenciará la relación que tenemos con la intimidad, con lo íntimo. ¿Qué deseos me atraviesan en relación al hogar? ¿Me permito desear la intimidad, me permito desear la libertad? ¿Me permito darme espacio para lo blando, lo dulce, lo empático?

¿Qué es la luna negra?


Hay algo aquí que no empieza
a la hora de siempre
Algo aquí que no ocurre como debería
Aquí hay alguien que estaba y que estaba
que —de repente— se fue
e insistentemente no está.

Wisława Szymborska, “Un gato en una casa vacía”

¿Te imaginás un lugar siempre vacío? ¿Cómo es entrar en contacto con esa parte visceral, con esa parte animal que a todes nos habita? ¿Qué pasa cuando algo desde la tripa, desde lo más íntimo, algo bien instintivo, de puro contacto con la vida, te mueve, te llama, te agita y –de alguna manera– guía tus acciones, tus impulsos, tus deseos, tus gestos?
La luna negra, también conocida como Lilith, es una figura bastante compleja e interesante dentro de la carta natal. La posición de Lilith, por casa y por signo, habla de muchas cosas; pero –sobre todo– da cuenta de la presencia de una ausencia. Ahí donde está la luna negra hay algo que no está. Técnicamente, la luna negra está en el apogeo, es decir, en el punto más lejano al que puede llegar la Luna. La luna negra siempre está ahí, en las sombras; siempre está ahí, en ese lugar escondido. Y, en gran parte, esa experiencia que se repite una y otra vez tiene que ver con conjurar este espacio vacío, con hacer algo en contra de esta ausencia, con hacer algo para resolverla, y esta ausencia no se resuelve; pero sí se puede reconocer. Trabajar con la luna negra permite registrar ese lugar –que a todes nos habita– y que, por algún motivo, está silenciado, sepultado, negado. Darle un nombre a ese vacío, a ese silencio, a esa ausencia, puede ser el comienzo de un proceso terapéutico en el que el simple hecho de identificar, reconocer y nombrar puede ser una instancia de mucho alivio y, al mismo tiempo, puede ser la clave para empezar a darle un espacio a esa luna negra, a esa energía inagotable que siempre nos compone y siempre va a estar ahí, movilizando nuestras vidas.

Romina Magliocco (Estudiante de Espacio Interior)

La luna negra es una figura bastante compleja e interesante dentro de la carta natal. Ahí dónde está Lilith –por casa y por signo– hay algo que registro que falta. Podríamos traer la imagen del agujero negro. Los agujeros negros son cuerpos hiper masivos, hiper pesados, tienen una fuerza de gravedad tan grande que ni siquiera la luz puede escapar; por eso, son espacios sumamente opacos. Los agujeros negros ordenan todo el espacio a su alrededor. En este sentido, Lilith va a absorber un montón de nuestras búsquedas, de nuestros gestos, de nuestros movimientos. Lilith va a traer un espacio vacío, un agujero negro alrededor del cual repito, alrededor del cual voy a estar dando vueltas una y otra y otra vez.
¿Qué es la luna negra? Es el apogeo lunar. Es un espacio vacío. Si avanza un poco más, se va, pero no se puede ir de ahí. Esto es un poco lo que pasa con la luna negra: no se puede ir de ahí, ese espacio vacío no me lo quito. Y en gran parte esa experiencia, que se repite una y otra vez, tiene que ver con conjurar este espacio vacío, con hacer algo en contra de esta ausencia, con hacer algo para resolver esta ausencia, pero esta ausencia no se resuelve.
Como es el apogeo, es lo que está ahí, al borde de irse pero que no se puede ir. Siempre está ahí en las sombras, en ese lugar escondido. Lo visceral siempre es visceral. Obviamente, en mi carta yo tengo la luna negra en una casa, y se mueve alrededor del Zodíaco y en algún momento tengo un retorno de luna negra, etc., pero siempre va a ser el punto más lejano. Se va moviendo en el cielo este punto más lejano, porque se va moviendo esa órbita conjunta entre la Tierra y la Luna, y esto va haciendo que ese punto más lejano se vaya moviendo a su vez. Este es un proceso que dura más o menos nueve años, es decir, la luna negra está más o menos nueve meses por signo, lo que dura un embarazo. Y todo embarazo, por más estudios y ecografías 3D/4D que haya, es un gran misterio. Lo que pasa ahí adentro es un gran misterio, y de este misterio habla la luna negra; de esto que no se puede ver, de esto que pasa más allá de mi control. Tengo un alien creciéndome en el útero, y crece y está comiéndome, y no lo veo, y no sé qué es esto. Es un proceso tremendamente enorme: todo mi cuerpo se reacomoda para este alien (literalmente, extranjero) que crece ahí adentro, con todo respeto de los fetos. Es muy muy fuerte todo lo que cambia en relación a este feto creciendo, y es algo que yo no veo nunca. Mi cuerpo, sin mi gobierno, está sosteniendo esa extranjería que crece en mí. Es un proceso muy potente, muy intenso. La luna negra siempre habla de este tipo de intensidades, de potencias.


Algunas pequeñas apreciaciones sobre la luna negra en Cáncer


Una de las cosas que dice Vanessa Guazzeli es que las Lilith en signos de agua (Cáncer, Escorpio, Piscis) tienen que ver con un flujo incesante. En Cáncer, vamos a encontrarnos con un flujo incesante de alimento, de cuidado, de protección.
Podemos pensar que las lunas negras en signos de agua traen cierta cosa medio morbosa con el inconsciente (“A ver qué hay ahí…”, les quiero hurgar el inconsciente a todes). Primero a mamá, a mi familia, a mi linaje; pero después, a la gente en general. “¿A ver qué hay ahí, qué tenés ahí, qué es esto que tenés ahí y que no se ve, qué es esto que no decís, que no se puede decir?”
Lilith en Cáncer trae mucha irreverencia y mucha rebeldía en relación a los roles maternos. Sería muy posible encontrarnos una Lilith en Cáncer en la carta de una mujer que cuestione mucho lo que el patriarcado dice que una madre tiene que ser y eso está buenísimo, es muy interesante, aporta un montón. Cómo dinamizar las concepciones. Siempre Lilith en cualquier posición –por casa y por signo– va a llevar una dinamización de la sociedad en que vivimos, cuestionando determinados lugares, esa voz rebelde es una voz siempre minoritaria que va a traer cuestionamientos que son necesarios y que son vitales. Toda sociedad tiende a cristalizar cosas y esto que se cristaliza va generando algo medio muerto. Entonces, nuestra sociedad había cristalizado a las mujeres como madres o como putas y los feminismos en la última época van rompiendo estos dos grandes arquetipos. Bueno, esta Lilith en Cáncer va a romper mucho este arquetipo de la madre. Cómo se supone que tiene que ser una madre y cómo se supone que tiene que ser una buena mujer también. Cáncer tiene mucho que ver con esta parte del arquetipo femenino de la buena mujer. Una Lilith en Cáncer también convoca a arquetipos lunares más salvajes, por ejemplo Hécate, esos arquetipos femeninos, de diosas bestiales y poderosas.
Con la luna negra en Cáncer voy a sentirme fatalmente atraída por generar esos espacios de intimidad, de cuidado, de contención, de afecto, de nutrición, de alimento, y eso me va a dar un terror muy profundo. El terror muy probablemente tenga que ver con esto que viene pasando en mi familia, con mi linaje materno, con lo que le pasó a mi mamá, con lo que le pasó a mi abuela.
(Extraído de un libro en proceso sobre la luna negra en la carta natal.)


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